![]() <AGRADECIMIENTOS>||<RESUMEN>||<INTRODUCCION>||<OBJETIVOS>||<ANTECEDENTES><ZONA DE ESTUDIO>||<MATERIALES Y METODOS>||<RESULTADOS>||<DISCUSION>||<CONCLUSIONES>||<REFERENCIAS>
INTRODUCCION Los Myxomycetes son un grupo de organismos con aproximadamente 700 especies descritas a la fecha (Stephenson & Stempen, 1994). La clasificación del grupo es variable, a través del tiempo han sido relacionados con las plantas, animales, hongos, y recientemente con protoctista (Margulis et al., 1990). Se caracterizan porque comparten, en términos generales, un ciclo de vida compuesto por una fase ameboidal, una plasmodial y una esporangial. Sin embargo, existe mucha variación alrededor de este ciclo (Madelin, 1984). Los Myxomycetes se distribuyen prácticamente desde los polos hasta los trópicos y el reciente hallazgo de un plasmodio fosilizado en ámbar indica que su presencia en la tierra data de, al menos, hace 40 millones de años (Waggoner & Poinar Jr., 1992). Regularmente, son identificados en el campo a través de su fase esporangial, parecida a algunos grupos de hongos, sin embargo, las fases ameboide y plasmodial son principalmente observables en el laboratorio (Madelin, 1984). La importancia ecológica de los Myxomycetes se ha evidenciado recientemente de manera indirecta, a través de la cuantificación de myxoamibas y microquistes en muestras de suelo de distintas partes del mundo (Madelin, 1984; Feest & Madelin, 1985, 1985b, 1988, 1988b). Se han encontrado entre 10 y 1,000 (algunas veces hasta 10,000) unidades formadoras de plasmodio (myxoamibas y microquistes) por gramo de suelo (Madelin, 1984). Se ha estimado también que la producción de unas mil myxoamibas requiere del consumo de al menos 1 millón 250 mil bacterias, por lo que estas abundancias sugieren un importante papel de los Myxomycetes en los ecosistemas (Feest, 1987). Sobre todo, si se relacionan estos datos con las altas tasas de reproducción que presentan, así como la habilidad para reducir drásticamente los números bacterianos (Jacobson, 1980; Clarholm, 1984). Con estas consideraciones, los Myxomycetes representan, potencialmente, los depredadores adecuados para controlar al menos las comunidades bacterianas, y mediante este proceso, participar en la mineralización de los suelos que de otra forma sería muy difícil de realizarse de manera natural. No obstante, los Myxomycetes han sido escasamente estudiados en su hábitat desde el punto de vista ecológico. La mayoría de los trabajos se han centrado en la cuantificación de la riqueza de especies presentes en las zonas de estudio (inventarios). Algunos estudios realizados en zonas templadas han aportado información sobre la ecología del grupo para esos ambientes (ver antecedentes), sin embargo, los pocos estudios relacionados con la abundancia y diversidad de Myxomycetes en ecosistemas tropicales sugieren que la expresión de dichos patrones es diferente a la que presentan en zonas templadas (Maimoni-Rodella & Gottsberger, 1980; Ogata et al., 1996). Hasta el momento, son poco conocidos los patrones de abundancia y diversidad de Myxomycetes en los ecosistemas tropicales, así como la relación entre la aparición de los cuerpos fructíferos sobre ciertos tipos de sustrato y en ciertos tipos de vegetación. Además, se desconoce si existe alguna relación entre la aparición de las fructificaciones y la potencial presencia del resto de los estadios (ameboide y plasmodial) en el campo. En este sentido, se planteó el presente trabajo de investigación con los siguientes objetivos.
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Para preguntas o comentarios, por favor comunicarse con Antonio Andrade-Torres a: eden@cancun.rce.com.mx For question or comments, please contanct Antonio Andrade-Torres at: eden@cancun.rce.com.mx
Last modified on: 10 February 1998. |