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Mi vida en las selvas tropicales

Algunos datos biográficos

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Nací en 1934, en el Distrito Federal, en la calle de Sadi Carnot, que pertenecía a la colonia San Rafael de la Delegación Cuauhtémoc. Sólo tuve una hermana. De mi familia no había nadie realmente interesado en la ciencia. Ninguno de mis tíos por parte de mi madre o de mi padre.

Ese año se inauguró el Palacio de Bellas Artes, que había sido encargado a principios de siglo. Lo que me gustó de él cuando lo conocí era el gran telón que tenía la imagen de los volcanes mexicanos Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Era una época revolucionaria en la que muchos artistas deseaban contribuir para luchar contra el fascismo, el imperialismo y la guerra, y apoyar a la clase obrera mexicana.

Más tarde nos cambiamos a la Colonia del Valle, donde prácticamente no había casas. Todo era maizales, tierras de cultivo abandonadas. De las guerras no recuerdo prácticamente nada. Mi abuelo paterno nació en Tapalpa, Jalisco, y tenía una ferretería en Guadalajara. Con motivo de la Revolución, la cerró y mandó a mi papá —que tenía entonces unos 14 o 15 años— con una carta a un amigo de él que trabajaba con Venustiano Carranza, para recomendarlo. Mi padre sabía bastante bien el inglés y un poco del francés. Con esa carta se fue a Veracruz, en donde estaba en ese tiempo la base del gobierno de don Venustiano. Llegó a trabajar directamente con el presidente. Era escribiente y traductor.

Posteriormente viajó a los Estados Unidos, comisionado como vice-canciller en los consulados mexicanos de California y Texas. Mi madre era de Nuevo León. Cuando mi padre la conoció, él trabajaba en el Consulado de Laredo. Él se llamaba Arturo Gómez Martínez, y mi madre Paula Pompa del Bosque. Al terminar la posición de mi padre en el cuerpo diplomático, se mudó con la familia a la Ciudad de México y posteriormente a Monterrey, en donde vivió varios años, y luego se regresó a la Ciudad de México. Mis padres estaban interesados en que yo fuera médico. Decidirme por la biología fue un gran golpe para ellos. Al explicarles las razones por las que quería cambiar, me entendieron y apoyaron. Y eso fue algo muy importante en mi vida.

Padres de Arturo Gómez-Pompa
Mis padres. Paula Pompa del Bosque y Arturo Gómez Martínez. Archivo familiar.

 


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