AGP

Mi vida en las selvas tropicales

UN ANTES Y EL DESPUES DE LA “SELVA CULTIVADA” DE ARTURO GOMEZ POMPA:
IMPLICACIONES ETNOBOTÁNICAS PARA UNA COLOMBIANA EN EL INIREB


Dra. Olga Lucia Sanabria Diago
Grupo de Etnobotánicos Latinoamericano GELA –Colombia, Profesora Universidad del Cauca, Popayán, Colombia, oldiago@unicauca.edu.co


Corría el año 1980 en Colombia, y los movimientos políticos originados por los planteamientos ecologistas contra la explotación desmesurada de los recursos, hacían renacer los Grupos Ecologistas contra el desarrollismo y a favor de la gestión para la conservación del medio ambiente. De otra parte la situación política del país con el iniciado recrudecimiento del narcotráfico y las persecuciones políticas a los líderes universitarios y a los partidos de izquierda, además de la falta de estudios de posgrado, hacían pensar a los jóvenes universitarios en la solución e ilusión de salir a estudiar a otros países de gobiernos vanguardistas, en donde la ecología y el ambientalismo fuese objeto académico y la investigación estuviese ligada a las realidades sociales.

Para cualquier colombiano de esa época, viajar a México implicaba lograr obtener mediante un terrible e imprevisible proceso, la ansiada visa permitida por los gobiernos tanto mexicano como estadounidense y llevar en los hombros el pesado lastre de tener la nacionalidad colombiana bajo sospecha de tener la intención de “pasarse a Estados Unidos por el “hueco” (frontera México-Estadounidense). Pese a todo y producto de la participación estudiantil en eventos académicos como los de la Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas- en cuyo seno logramos en 1978 el voto estudiantil- participar en Proyectos de Investigación como el galardonado por el Grupo Ecológico de la Universidad Santiago de Cali sobre Estudios ecológicos del Páramo en el Parque de Puracé en el departamento del Cauca y el accionar de la educación aplicada, planteamos la bandera de la ecología como solución política a los conflictos socioeconómicos.

Fue el Doctor Enrique Forero connotado botánico latinoamericano quien estando en Bogotá, tras consultarle de la decisión de ir a México a estudiar y teniendo como referente la gigantesca y hospitalaria UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), me otorgó junto a dos compañeros mas de la Universidad Santiago de Cali, una carta de presentación para un personaje muy importante de México que él conocía ampliamente: El doctor Arturo Gómez Pompa quien dirigía el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos INIREB en Xalapa, Veracruz. Los compañeros Álvaro del Campo Parra y Elizabeth Muñoz Inirebos y actualmente profesores y directivos universitarios, se adelantaron un semestre para ir al D.F. y preguntar que podíamos hacer en la UNAM y en donde encontrar a Arturo Gómez Pompa. La respuesta fue: ustedes como Licenciados (Licenciados en Biología y Química que es en Colombia una rama de las carreras universitarias en Educación) no pueden ingresar a la UNAM al programa de Biología (Biología “pura” – carrera que en Colombia aún no estaba establecida en todas las universidades) y que en consecuencia, deberíamos inscribirnos en una Institución Pedagógica de Educación Superior. Los compañeros se dirigieron directamente a Xalapa, Veracruz, ciudad a la que posteriormente llegué a mediados de 1981 con la firme aceptación de Arturo Gómez Pompa, quien sin ninguna objeción aceptó a los “colombianos”, como nos llamaron por mucho tiempo en el INIREB.

La Xalapa fría y húmeda calaba los huesos y enmohecía los zapatos, la densa neblina por las noches de octubre y noviembre reflejaba las luces del Parque de los Berros. Aunque país hermano con muchas similitudes a Colombia, México era un país diferente con procesos más desarrollados en ciencia y acceso gratuito a la universidad. Veía a México como una gran universidad pública que nos abría las puertas para lograr el sueño de estudiar, de comprender otras realidades y de vivenciarlas. El INIREB nos acogió como a sus hijos: beca de estancia, biblioteca abierta, fotocopias libres, profesores alternativos y de mucho compromiso social y proyectos aplicados con comunidades locales e indígenas. Pero lo más importante: el apoyo a las salidas de campo al sureste mexicano, cuya geografía y comunidades recorrimos varias veces: éramos los niños preferidos: “los chicos de la maestría”.

Aunque me parecía un pueblito de película mexicana en blanco y negro, en Xalapa la gente del pueblo y del equipo del INIREB con su humanismo y consideración especial, nos brindó toca clase de posibilidades y apoyo para lograr estancia y la vivencia, la adaptación total y desde entonces y de una vez, se me olvidó que tenía el motete de ser colombiana porque la gente de este pueblo decía: colombiana igual a pachanga, música, baile, alegría y no: bala, narcos, ladrones (como si lo fue después cambiando la historia). Pero el INIREB además de lograr y brindar a los estudiantes todos los beneficios para estudiar en buenas condiciones y con conocimiento de causa, nos daba la posibilidad de alojarnos- tiempo después cuando ya hacíamos trabajo de campo- en la Casa de Huéspedes de Díaz-Mirón de Xalapa. Todos los estudiantes e incluso profesores llegábamos allí con la ilusión de encontrarnos, desayunar al otro día, trabajar en los espacios del piso de arriba (además de bailar y hacer gimnasia rítmica) y de paso, salir a correr en las mañanas por el Parque o por el Estadio.

La combi del INIREB nos trasladaba como a infantes de colegio: puerta a puerta Diaz-Mirón-INIREB. El aire fresco, la lluvia, los sonidos de los pájaros y la selva verde, las piedras húmedas y el camino a la Palapa de descanso del Jardín Botánico Francisco Xavier Clavijero (sitio de refugio para almorzar o comer) eran nuestros días de felices estudiantes del INIREB. Pero ¿que hacía Gómez–Pompa? Sentíamos que nos apoyaba en todo y que además apreciaba y tenía como eje central la Maestría y la importancia del desarrollo educativo. Su enorme talante y compromiso, nos agradaba y hasta nos daba seguridad, en las diversas conferencias del INIREB aprendimos que la ecología era un compromiso social y no solamente las ganas de obtener un título. Los programas de la ecología sustentable, de la agroecología y del desarrollo social se hacían posibles en el INIREB: Un día vimos sembradas varias matas de lulo (Solanum quitoense) y hasta de maracuyá (Passiflora edulis) como parte de un proyecto productivo ¿sería posible? ¡Si esos solo se dan en Colombia! Entonces nos sentimos más en el país, parafraseando a García Márquez en su libro con Plinio Apuleyo Mendoza: “ El olor de la guayaba” o la posición del poeta también colombiano residente por sus largos años en México, Álvaro Mutis quien se negó a obtener su visa mexicana hasta cuando oliera allí sembrada, como en Colombia, la curuba andina (Passiflora mollisima).

La revista BIOTICA y los Suplementos INIREB INFORMA y Cuadernos del INIREB generaba lecciones de aprendizaje en cada uno de sus artículos y notas científicas, innovadores y basados en trabajos de campo, tal como y los resultados del Manejo de la Selva de Uxpanapa, la situación de las selvas de Los Tuxtlas y más adelante, las selvas antropogénicas de los mayas…. ¿Manejo de la selva? Justamente esa era la razón que particularmente me había movido a realizar los estudios tanto en México como en Xalapa: alternativas y métodos de manejo de selvas, ¡con comunidades que las habitaban! De las selvas colombianas solo sabía que eran explotadas, conocía el verde y el barro en mis andares de la licenciatura y sobre todo el Alto Páramo, y que manejarlas era un asunto inextricable; solo evocaba los episodios de La Vorágine del colombiano José Eustasio Rivera, de la explotación del caucho en las selvas de la Amazonia y de las cacerías de indios en los Llanos Orientales.

Pero otro enlace sucedió en el INIREB siempre a la vanguardia de las expresiones y de una amplia visión de la ecología: recién había llegado, en septiembre de 1981, conocí en una conferencia en el salón de INIREB, invitado por Gómez Pompa, a Efraím Hernández-Xolocotzi. Entonces como una visión, dos grandes estuvieron juntos por primera antes de mis ojos: y dijeron que las selvas eran manejadas desde los tiempos prehispánicos y que todavía también, ¡circunstancia que aun ocurría en el sureste mexicano! Alisté maletas a Yucatán, porque Arturo Gómez Pompa me dijo que allá había una sede de INIREB y porque Ma. de Jesús Ordóñez- Marichu- , me invitó a su casa en Mérida para conocer su estudio del parque arqueológico de Dzibilchaltun en donde el sol se interponía con exactitud una vez al año a la entrada del arco y así lo vi. En un bimotor llegamos a Mérida…y

¡Oh sorpresa! Maravillada por el clima caliente, los almuerzos al medio día como en mi tierra y sobre todo, por su historia, arqueología, el mar y por su gente maya, allí me quedé. Me enviaron en una combi con el colector J. Ismael Calzada del INIREB con mi trasteo desde el apartamento que tenía en el Cerro del Macuitelteplet hacia Yucatán para hacer el trabajo de campo. El motivo: las selvas cultivadas que decía Gómez Pompa, y la otra razón: el proyecto de la Milpa maya de Efraím Hernandez Xocolotzi. El manejo forestal de Xul en Yucatán se convirtió tras 3 años de vívida estancia, en un libro que me publicaron en el INIREB, en la Revista Etnoflora Yucatanense: El uso y manejo forestal en la comunidad de Xul, en el sur de Yucatan / Olga Lucia Sanabria, Volumen 2 en 1986 y que fue el arranque de la actividad que actualmente realizo dado el empuje (por no decir, empujones) de un visionario de la ecología y de la ciencia, de un comprometido con su país, como lo ha sido el Dr. Arturo Gómez Pompa, quien al crear y al sostener INIREB, dio oportunidad a la apertura de otros mundos y visiones que hoy, se han cristalizado en la importancia de la etnobotánica, la etnoecología y la etnobiología no solamente en Colombia sino en América Latina.

La creciente actividad del INIREB a la par de la situación conflictiva del país en contradicción con los megaproyectos, aunado a una situación del sindicato de la Institución, hicieron que el propio presidente de la República Mexicana, firmara como uno de sus últimos decretos el cierre del INIREB, a finales de su mandado, en el año 1989.

Durante 30 años continué confirmando las tesis de Gómez-Pompa: el manejo de las selvas por los mayas (pasados y actuales), luego por los indígenas de Tierradentro (Cauca, Colombia) y más recientemente, el Manejo de las selvas del Pacifico colombiano mediante proyectos sobre productos forestales no maderables y la importancia de su conservación a partir del manejo de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la zona del suroccidente colombiano.

Tenía razón el doctor Arturo Gómez Pompa al generar no solamente espacios para la formación, sino para la transformación, generar nuevas visiones, latinoamericanas, de la ecología y de las ciencias ambientales, lograr un compromiso social desde lo educativo y hacer el puente para las nuevas generaciones, los nuevos retos, los nuevos planteamientos. Su experiencia y audacia así como el conocer que su voz era escuchada y respetada mas allá del Instituto, fortalecieron las ganas de volver a un país rico en recursos naturales y falto de experiencias técnicas en cuanto a lo ambiental como lo era Colombia. A mi regreso en 1987 me vinculé a la Universidad del Cauca, Universidad Pública del suroccidente colombiano en donde he tenido la gran satisfacción de fortalecer los programas de la Etnobotánica y el Doctorado en Ciencias Ambientales. El Grupo de Etnobotánicos Latinoamericano GELA nació de la gente del INIREB y de otros amigos, en el IV Congreso Latinoamericano de Botánica, en Medellín, Colombia, en 1986. Grupo que ha fortalecido la etnobotánica a través de eventos con capacitaciones y generación de proyectos.

Visionarios como Gómez Pompa hacen posible y creíble que los cambios socioculturales estén estrechamente relacionados con las crisis ambientales, y que hayan salidas académico-investigativas y soluciones a los conflictos ambientales desde una perspectiva multicultural.

¡Gracias Dr. Arturo Gómez Pompa!


Referencias:

Biografía de Arturo Gomez Pompa. Consultada marzo 20 de 2014 http://es.wikipedia.org/wiki/Arturo_G%C3%B3mez-Pompa Wikipedia.
Sanabria, Olga Lucia (1986) Uso y manejo forestal en la comunidad de Xul, en el sur de Yucatán Etnoflora Yucatanense Volumen 2, Yucatán, México.
Sitio Oficial de Arturo Gomez Pompa. Consultado marzo 20 de 2014. http://www.reservaeleden.org/agp/



Texto de Homenaje al Dr. Arturo Gómez Pompa
compilados por el Dr. Arturo Argueta Villamar